Éxito de las visita teatralizadas de la Fábrica de Harinas

Más de 300 personas disfrutaron de las explicaciones del actor riosecano Miguel Gutiérrez quien bordó la perfección su papel de molinero

Miguel García Marbán

Las visitas teatralizadas a la Fábrica de Harinas San Antonio, realizadas durante los días 6, 8, 10 y 11 de diciembre, con motivo del puente de la Constitución e Inmaculada, han tenido un balance muy positivo al haber contado con más de 300 participantes.

Un éxito en el que ha tenido mucho que ver el actor riosecano Miguel Gutiérrez, quien en su papel de veterano molinero de la fábrica consiguió llevar a cabo una visita muy amena y atractiva según expresaron muchas de las personas que participaron en la actividad llevada a cabo por la Diputación de Valladolid.

El propio actor riosecano, con la escusa de estar esperando a una de las barcazas que surcaban las aguas del Canal de Castilla, era el encargado de animar a los pasajeros del barco turístico Antonio de Ulloa a realizar la visita teatralizada. Más tarde, ya en el interior de la fábricas, las explicaciones del funcionamiento de la fábrica y de cada unas de sus maquinas se mezclaban con divertidos comentarios o con anécdotas como la del Motín del Pan cuando el inmueble fue quemado en 1856.

Visitar la fábrica de harinas San Antonio es regresar a los tiempos de oro del Canal de Castilla. El inmueble, que data del año 1852, es un edificio con distintos cuerpos y alturas que alcanza cinco pisos en el cuerpo principal. Tiene estructura de madera con muros de ladrillo que arrancan de un zócalo de sillares de piedra. Su interior alberga una magnífica maquinaria en excelente estado de conservación que data de las distintas épocas por la que ha pasado la fábrica, que en sus mejores años llegó a tener 15 obreros y molturar 30.000 kg. de trigo en 24 horas, permaneciendo en actividad hasta el año 1991, en que se produce su cierre definitivo. Se trata de un emblemático edificio que la Junta de Castilla y León declaró en marzo de 2010 Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento como singular ejemplo del Patrimonio Industrial de Castilla y León que es necesario proteger y conservar.

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