Cristo Yacente de Gregorio Fernández

Como es habitual el proceso de su conocimiento ha avanzado desde la referencia inmediata de eruditos a su consideración matizada por investigadores de avanzada especialización. En este caso fue el publicista histórico de las Merindades de Castilla. Obra minuciosamente analizada en el que sigue el tipo convencional del cuerpo de Cristo muerto, que se muestra al espectador sobre blanco sudario, elevando su parte superior de la espalda y la cabeza en amplio cojín, orlado con policromía, mientras un perizorium azulado se extiende en torno a la cintura cuidando la desnudez y dando preferencia el conjunto al cuerpo desnudo, que refleja gran belleza.

No es preciso abundar aquí en la calidad de la obra ni de su autor, maestro que desarrolla una gran labor que pudo abordar a través de la actividad de un taller amplio con importantes colaboradores en la gubia y la pintura, lo que de algún modo determina variaciones de calidad puntual, de la que se han ocupado los expertor museólogos y restauradores. Más nos interesa destacar en Fernández la importancia de su iconografía, desarrollando modelos ya ensayados (flagelación, crucificado o yacentes) o plasmando tipos de nueva religiosidad.