
Una hora más tarde, acudían hasta la iglesia conventual del Carmen desde donde partía la procesión. Las andas, realizadas por el carpintero y cofrade de San Juan de la Cruz, Anselmo Matas, eran llevadas a hombros por los propios cofrades que enfilaron calle de Las Armas, hasta llegar a la calle Mayor y dirigirse hasta la iglesia de los Padres.
Quizá el próximo año, los encargados de la megafonía navideña instalada en la Rúa Mayor deberían apagar la música de villancicos flamencos al paso del cortejo procesional. Tras la procesión se celebraba la tradicional eucaristía que presidió el párroco Juan Carlos Fraile. La pequeña hermandad de San Juan de la Cruz, que ha crecido y se ha consolidado en los últimos años, mantuvo posteriormente una amena jornada de hermandad.
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