Lea los relatos ganadores del concurso sobre la Plaza de Toros

Galo Pastor se lleva el primer premio y Gala Solano y Javier Pérez un accésit de este certamen organizado por el Consistorio y la Asociación Taurina Riosecana

La plaza de Toros de Medina de Rioseco es uno de esos monumentos que, a menudo, pasan desapercibidos en la localidad. A la sombra de las iglesias catedralicias, de la rúa mayor o, incluso, del Canal de Castilla muchos visitantes no saben que tras unas sencillas tapias en la avenida V Centenario se encuentra una de las mejores joyas arquitectónicas de toda la región en su categoría. Hasta los propios riosecanos, a menudo, no dan la importancia que se merece a este rincón histórico-artístico que cobra vida, una semana al año, durante las fiestas de San Juan.

Este año ha sido especial para el añejo coso de El Carmen. Se ha celebrado el 150 aniversario de su construcción y por este motivo el Ayuntamiento, entre otros actos, ha decidido que la Semana de la Constitución se dedicara a este monumento riosecano. Los colegios del municipio han colaborado y sus alumnos han participado en una muestra de dibujos y en un concurso de relatos, para niños de entre 8 y 11 años, organizado por el Consistorio y la Asociación Cultural Taurina Riosecana.

Esta mañana en el patio de columnas del Ayuntamiento se entregaron los premios, tras el fallo del jurado, compuesto por un representante de la Asociación Cultural Taurina Riosecana, por Rosa Blanco, colaboradora de actividades de Cultura del Ayuntamiento y el corresponsal de El Día de Valladolid, Miguel García Marbán, también colaborador de este diario digital.

Finalmente, tras una ajustada decisión el ganador del concurso de relatos de La Plaza de Toros de Medina de Rioseco: su historia, su arquitectura recayó en Galo Pastor Brezmes, de 8 años y escolar de San Vicente de Paúl, por su relato La Plaza de Toros de Medina de Rioseco. El jurado, además propuso otorgar dos accésit; uno, a Gala Solano Sánchez de 8 años y estudiante de Campos Góticos por su cuento El torero espacial ¡¡¡Olé!!! y otro a Javier Pérez San José (10 años, colegio de San Vicente de Paúl por Un día de aventuras.

La Plaza de Toros de Medina de Rioseco.
Hola: Soy la Plaza de Toros de Medina de Rioseco, también me conocen como Coso del Carmen. Nací en 1861 sobre el terreno que antes ocupó el templo de Nuestra Señora de la Encarnación de los padres Carmelitas. Para construirme utilizaron las piedras del Castillo de los Almirantes, de la iglesia románica de San Miguel, del arco de las cortadoras y las puertas de la cárcel. Para ayudar a construirme las autoridades de Rioseco solicitaron a Isabel II el envío de cincuenta presos para que llevasen a cabo las tareas más pesadas. Dicen que soy de las más antiguas de España pero de lo que más orgulloso estoy es de mi forma de decágono, lo que me hace ser la más original. Hay también otra cosa que  me hace original: soy la única de España en la que se puede entrar al palco presidencia en coche.

He reído muchas veces con los riosecanos en las vaquillas, en los juegos y en los conciertos pero también he llorado, como cuando un toro mató al picador Lorenzo Conde o cuando el Chico de Basurto perdió el ojo. Recuerdo también que una tarde, un hombre dejó caer a su hijo al ruedo, ¡menos mal que no pasó nada y sólo fue un susto!

En mi arena han pisado muchos toreros famosos, pero al que recuerdo con más cariño es a Bernardino Pérez Cabañas ‘el Chato’. Fue un torero muy valiente, no llegó a ser famoso porque tuvo que ir a la guerra, aunque también he oído decir que dejó de torerar porque su madre no quería que fuese torero. Una vez se ató los pies para recibir al toro, le dio un montón de capotazos y no le pilló.

Este año cumplo 150 años y la verdad es que no se notan mucho porque estoy muy bien cuidada. ¡Pienso celebrarlo por todo lo alto!

Galo Pastor Brezmes.

El torero espacial ¡¡¡Olé!!!
Era 24 de junio de 2011 y en la plaza de toros, todo estaba preparado para la celebración de una corrida de San Juan. Por la mañana muy temprano, sobre las 7 y media, una pequeña nave espacial aterrizó allí mismo. Sus tripulantes Hachá y Hachó, tenían como misión recoger información sobre los humanos. Camuflaron la nave con su botón automático de “súper-camuflaje” y adoptaron una forma humana.

Hachá estaba guapísima con un vestido, un collar y unos zapatos de flamenca y Hachó, ¡ay! El pobre Hachó eligió ir de torero… creían que era lo más apropiado. Su sorpresa fue que cuando empezó la corrida le sacaron al ruedo y no sabía torear. Para librarse del toro, Hachó empezó a hacer cabriolas. El público no se lo creía, el toro tampoco.  ¡Qué forma de torear! Al final la gente vio que era mejor manera este toreo que matar a un toro. Hachó se hizo famoso y salió en todos los medios de comunicación. Se quedó a vivir en Medina de Rioseco, fue de gira por toda España, y Hachá, tan contenta con sus zapatos de tacón, se quedó a vivir también aquí.

Gala Solano Sánchez.

Un día de Aventuras.
Un día de verano de mucho calor, cinco niños jugaban en los alrededores de la plaza de toros de un pueblo llamado Medina de Rioseco. Jugaban al fútbol y se lo estaban pasando muy bien pero en una de las jugadas, Juan, el más fuerte, tiró el balón alto y desviado colándose por encima de la tapia de la plaza de toros, los demás se enfadaron con Juan porque ya no iban a poder jugar más; entonces uno de ellos, Pedro, propuso buscar alguna entrada para coger el balón, buscaron por todos los lados pero no encontraron nada, cerca había un árbol tirado que habían talado los jardineros y se les ocurrió poner el árbol hacia la tapia y saltarla trepando por el árbol y así lo hicieron ayudándose unos a otros. Consiguieron saltar al otro lado de la plaza de toros por lo que Juan dijo:

-¡Vamos a investigar y ver cómo es la plaza!

Todos estuvieron de acuerdo, fueron rodeando el interior y viendo las escaleras de piedra que subían hacia las entradas. Entonces subieron por una de ellas y se quedaron sorprendidos al ver que la plaza por dentro no era redonda sino decagonal, con diez burladeros donde se protegían los toreros. Los asientos eran de piedra y en la parte de arriba había unas vallas de madera y detrás unos asientos también de madera. Enfrente había un palco diferente a los demás, se dirigieron para allá saltando al ruedo de la plaza, pero al ver una puertecita medio abierta, se colaron por ella subiendo unas escaleritas de hierro en forma de caracol y así llegaron al palco que les había llamado tanto la tención. En los asientos encontraron un libro y Pedro, que era el más aventurero, lo cogió para ver lo que ponía y se lo leyó a los demás:

Esta plaza fue construida en 1858 en terrenos del convento de los padres carmelitas, se inauguró el 23 de junio de 1861 por Francisco Arjona, de ruedo decagonal, construido en piedra traída del antiguo castillo de los Almirantes de Medina de Rioseco y madera para los balconcillos haciendo los típicos soportales. Rehabilitada en 1997 por una escuela taller de este pueblo .La plaza contiene seis chiquero, un arrastre, tres corrales, dos despachos de billetes, una enfermería, el tendido y las gradas. Su diámetro es de 46 metros.

Después bajaron hasta el ruedo y vieron tres puertas, la de la derecha con un agujero que es por donde sale el toro, la del medio muy grande y la de la izquierda que era la de la enfermería. Allí encontraron el balón y se quedaron jugando un ratito más hasta que empezó a anochecer y se fueron a sus casas.

Javier Pérez San José.

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