En la semana de la Constitución se ha recordado/homenajeado a este interesante personaje riosecano, olvidado, escasamente leído y menos aún representada su obra teatral. Cuando Pedro Ojeda Escudero publicó su biografía hacía 1990 sugirió con interés que el grupo de teatro local montase alguna de sus obras. El empeño era inasumible en aquél momento. No sé ahora…
Con el sugerente título de ‘Ventura García Escobar. La historia y el patrimonio visto por un romántico‘, escuchamos una interesante conferencia de Ramón Pérez de Castro. Mostró sus amplios conocimientos sobre el autor, la época, Rioseco y su patrimonio, su significación en el contexto nacional de unos años tan apasionantes de la historia española. Evidenció una notable virtud intelectual: capacidad de transmitir pasión, entusiasmo por la materia analizada. No solo por los datos, también por las personas, los objetos, el pulso social y político, la vida cotidiana de esa primera mitad del siglo XIX. Con atención al detalle exacto, pero todo ello envuelto en un relato con estructura narrativa que bien podría ser la de un devoto lector de Galdós. Su curiosidad académica muestra el interés por lo que estudia y glosa, con el añadido de un contagioso riosecanismo. Como su insistente incitación a conocer la obra de don Ventura, rescatarlo de la penumbra y el olvido.
Adenda: Escuchando viejas grabaciones de programas emitidos en Radio Rioseco encontré recientemente una entrevista a su abuelo Ramón -vísperas de cumplir entonces los noventa años- evocando su etapa de alumno en el colegio de San Buenaventura y el descubrimiento de un placa conmemorativa en junio de 1986. Dice y repite, entre otras cosas, que su asignatura favorita era la caligrafía. Mucho le hubiese gustado, supongo, conocer la buena caligrafía narrativa/histórica de su nieto.