
Han pasado ya dos semanas desde la gran cita y los riosecanos (blancos hasta la médula) aún no se creen lo vivido. “Ha sido una experiencia inolvidable desde el primer minuto hasta el último”, dice Carlos Rueda que ha relatado para La Voz cómo fue vivir este partido para la historia en un abarrotado Estadio Nacional de Cardif.
“El viaje fue algo complicado, el vuelo partió con tres horas de retraso, pero nosotros lo amenizamos con unas cervezas y juntándonos con el resto de la afición madridista; no faltaron los cánticos”, dice entre risas Carlos Rueda. “Además tuvimos la suerte de conocer a un ídolo del madridismo como Pedja Mijatovic, con el que nos pudimos hacer una foto”.

Una hora antes ocuparon sus localidades. “No eran las mejores pues estábamos en un córner, de pie, con toda la afición de la Juventus”. No obstante, los riosecanos no se arrugaron ante tanto tifosi. “El primer y el segundo gol apenas lo celebramos, porque un aficionado italiano nos increpó; pero luego ya no pudimos contener la euforia. Con el tercer y el cuarto gol se desató la locura y una explosión de alegría”, dice Carlos Rueda quien junto a Diego Valdivieso, aún sienten la emoción por lo vivido.
No olvidarán nunca el excelente ambiente vivido con el resto de los madridistas. Ellos llevaban a gala la bandera de Rioseco y la de la Peña Madridista Almirantes de la localidad. “Nos sorprendió que con lo difícil que es encontrar entradas para una final, allí había muchos madridistas que habían asistido a tres y cuatro finales”. Rueda dice que pudieron conocer al comentarista taurino de Canal Plus, David Casas, un empedernido madridista con el que pudieron compartir buenos momentos.
Pero sin duda el instante más especial fue cuando los jugadores acabaron la celebración en el campo. “Nos pudimos acercar al túnel de vestuarios y ver muy cera a los futbolistas del Madrid”. Tras una larga noche de celebraciones, el lunes volvían rumbo a España. Otra vez el retraso, esta vez por el mal tiempo, susto en el avión por las turbulencias y mucho cansancio. Pero ya no importaba, la duodécima viajaba a las vitrinas del Real Madrid y ellos se llevaban una de las experiencias más emocionantes de sus vidas.
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