
En dos mesas petitorias, nueve voluntarios han recogido alimentos no perecederos las mañanas del viernes y el sábado. “Especialmente leche, aceite, legumbres, cacao, galletas, café, pero también algunos productos navideños como turrones” dice Santamaría.
Estas reservas servirán para atender las necesidades de una veintena de familias cada mes procedentes de Rioseco y de una quincena de localidades de la comarca. Asimismo, las colectas recogidas en las diferentes eucaristías celebradas sábado y domingo irán destinadas también a Cáritas parroquial. Mariceles Santamaría explica que ese dinero se dedica a costear las comidas y el alojamiento de los distintos transeúntes que pasan por la localidad.
El párroco Alejandro Ovelleiro confirma que acogen una media de unas tres personas necesitadas al día. Se les ofrece una comida en un bar riosecano y se les da cama y techo en el hogar de transeúntes, ubicado en la calle de la Cuesta. Por último, Santamaría recuerda que todos los miércoles de 11 a 13 horas está abierto el servicio de ropero ubicado en el centro parroquial. Se atiende a más de 50 familias al mes e incluso Alejandro Ovelleiro atiende a una recogida a domicilio. “Si nos llaman, ya va Jano con su furgoneta a recoger la ropa que nos donen”, concluye Mariceles Santamaría, quien emocionada recuerda a Ilidio Cano, fallecido hace unos meses, y que era el “alma” de Cáritas. “Le estamos echando mucho de menos”.
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