De Rioseco a Oviedo, en honor a la patrona riosecana

Los atletas riosecanos, en su trigésima peregrinación mariana, llegaron corriendo el pasado domingo hasta Oviedo. Tras diferentes etapas, en las que los atletas se relevaron en la carretera, la peregrinación llegó en “un auténtico rompepierna” de más de 250 kilómetros  hasta la catedral de la capital asturiana.

Una vez más, la propia peregrinación fue un fin en sí misma, una nueva aventura de esa gran familia que ya es el Grupo de Atletas, reunida un año más junto a la carretera, corriendo por bellos paisajes, en especial, en esta edición, Riaño, los valles de los ríos Esla y Nalón, con el puerto de Tarna en medio o las localidades asturianas de Rioseco, Pola de Laviana y La Felguera.

Como ocurre cada año, hasta la histórica catedral viajó una excursión de riosecanos que quiso acompañar a los atletas en la celebración religiosa, en la que se realizó la tradicional ofrenda floral. La misa fue oficiada por el deán de la Catedral de Oviedo, Benito Gallego, acompañado por el párroco riosecano, Juan Carlos Fraile, quien felicitó a los atletas por su esfuerzo, “dedicado este año a todos los enfermos”.

Tras la celebración religiosa, el resto del día se dedicó a visitar la ciudad y, tras la comida en Gijón, a pasar la tarde en la playa. El presidente del Grupo de Atletas, Luciano García Marbán, mostró su satisfacción porque la peregrinación mariana se hubiera llevado a cabo con éxito y sin ningún percance,  y quiso agradecer al párroco y a todas las personas que habían viajado con la excursión hasta Oviedo.