
Pues bien, los últimos días en este lluvioso abril, la situación sin ser de alarma, también ha sido poco habitual. Las aguas han alcanzado los 25 metros cúbicos por segundo y la crecida ha llegado en Rioseco a aumentar en dos metros su nivel.
En las últimas horas la lámina de agua ha bajado más de un metro y el caudal se ha reducido cuatro veces. A pesar de que el peligro no ha sido inminente ha dejado algunas imágenes curiosas como las que ilustra este texto y también mucha suciedad, una constante habitual en este río, ante la dejadez de Confederación Hidrográfica del Duero.
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