
Un libro distinto dentro de su bibliografía puesto que, según nos contó el autor, no suele utilizar protagonistas adolescentes. Le interesa más contar aventuras en las que siempre está presente el humor.
Este autor era un viejo conocido de nuestros alumnos, pues muchos habían leído Morirás en Chafarinas o La tuneladora. Con el primero de los dos recibió el Premio Nacional de Literatura Juvenil en 1991, algo que, según sus propias palabras, “le cambió la vida”. Ha recibido en tres ocasiones el Premio Gran Angular por El zulo, Hubo una vez otra guerra y Scratch, y en octubre de 2010 recibió el décimo cuarto premio Cervantes Chico en reconocimiento a su trayectoria literaria.

Fue una charla distendida en la que los alumnos pudieron resolver todas sus dudas sobre el proceso creativo y sobre una de las cosas que más les interesa, lo que gana un escritor con sus libros y cuáles han sido los más rentables.
El pasado 11 de febrero fue un día muy especial, pues no todos los días se puede hablar con el autor de uno de los libros que hemos leído y al que admiramos. «Desgraciadamente, la mayoría de las veces tengo que contestar a mis alumnos que no podemos traer al autor del libro que han leído porque hace ya mucho tiempo que está muerto. Es lo que tiene leer a los grandes clásicos de la Literatura».
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