
Tristeza de la Hermandad de la Crucifixión al despedir ayer lunes al veterano Pablo Asensio Yenes, que fallecía el día del Cristo de Castilviejo a los 84 años de edad cuando ocupaba el número tres de la histórica cofradía. Fue en el lejano Domingo de Ramos de 1952, cuando un joven Pablo Asensio ingresaba en una hermandad a la que, como suele ocurrir en Rioseco, llegó de la mano de su padre, Esteban Asensio Álvarez, que fue mayordomo en 1947. Su hermano Kiko también entraría en la hermandad. Ahora, sus hijos, Esteban y Begoña, y todos sus nietos y bisnietos mantendrán viva la llama de la tradición familiar.

Ahora, ya se ha reunido con su padre, y con tantos y tantos longineros que antes dejaron esta vida. Pablo ya espera otra Semana Santa en la que volverá a cargar el paso, otro Viernes Santo en el que estará presente en la memoria de sus hijos, que a cada golpe de horquilla sentirán el cálido aliento de su padre.
A su esposa, Lucía; a sus hijos, Esteban y Begoña; a sus hermanos, Rosario, Mari, Candelas, Felipa y Francisco; a sus nietos, Verónica, Manuel, Salomé y Cintia; a sus bisnietos, Claudia y Pablo; y a toda la familia longinera, nuestras más sinceras condolencias. Descansa en paz, longinero.
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