“Que me recuerden como la sombra del más grande, mi abuelo”

El guardameta albinegro colgó los guantes en el memorial de su abuelo tras una vida dedicada al fútbol, arropado por familiares y amigos

Una entrevista de Laura ALonso

Compromiso, sacrificio, entrega, compañerismo… son solo algunas de las palabras que definen a Rubén García. Reguera, como todo el mundo le conoce dentro y fuera de los terrenos de juego, llegó al CD Rioseco por primera vez en 1998, con tan solo 21 años. Trece temporadas después, deja lo que ha llenado 32 años de su vida y lo hace siendo una referencia en el fútbol de la provincia y convertido en el portero insignia del club de sus amores, el Rioseco. En esta emotiva entrevista, Rubén hace un repaso a su trayectoria y se sincera desvelando los sentimientos y emociones de toda una vida dedicada al fútbol.

PREGUNTA.- ¿Cómo viviste tu último partido?
RESPUESTA.- Llevaba unos días viviendo una especie de pre-partido. Fueron días complicados, en los que he caído muchas lágrimas al recordar muchos buenos momentos. El partido no lo disfruté nada, porque me daba tanta pena, tenía tanta emoción que no pude. Eso sí, estuve muy tranquilo, como siempre, pero no lo disfrute nada.

P.- ¿Con qué te quedas?
R.- Me llevo un recuerdo muy bonito de cuando me cambian y doy un abrazo a mi madre y a mi hermana. Me quedo del partido con ese momento y también con todos los abrazos que recibí de la gente que había ido a verme: los que fueron exclusivamente ese día, los compañeros de Medina del Campo, amigos, socios del club… Me queda el resquicio de no haber ganado, sobre todo porque estaba el partido encarrilado, pero fue algo muy bonito.

P.- Temporadas anteriores ya te habías planteado colgar los guantes, ¿qué es lo que te llevó a continuar?
R.- Un cúmulo de circunstancias. Hubo una temporada que estuve muy cerca de dejarlo, pero me expulsaron quedando dos partidos y como no iba a poder hacerlo en un campo, decidí seguir. Otras veces ha sido la llegada de un entrenador con el que me motivaba mucho jugar o por ayudar a la directiva. El ánimo de mi familia ha sido muy importante también. Cada final de temporada me lo replanteaba, pero al final seguía un año más. De hecho, mis amigos tenían una porra, no sé quién habrá ganado.

P.- ¿Y por qué ahora?
R.- Yo lo que no quería era verme arrastrado en un campo. Cumplo 37 años el mes que viene y veo que estoy bajando mi nivel y lo que no quiero es retirarme en un nivel al ras del suelo. Por esto es un poco la decisión, prefiero que la gente se quede con un buen recuerdo mío.

P.- ¿Seguirás vinculado de alguna manera al CD Rioseco?
R.- Lo estaré toda la vida. Seré del Rioseco siempre. Después de esta decisión, algo tendrá la directiva guardado para mí, espero.

P.- ¿Y jugando al fútbol?
R.-
También, seré futbolista siempre. Jugaremos si no es en una peña, con cuatro amigos dando patadas en un fútbol siete. (Risas).

Rubén García Reguera nació el 9 de octubre de 1977 en Valladolid. Ha sido el capitán, el portero y el alma del CD Rioseco hasta hace unos días que se retiró de los terrenos de juego. Ha dedicado su vida al fútbol, deporte al que juega desde que tenía tan solo cinco años. Militó en las filas de varios equipos cántabros y llegó a jugar en tercera división con el Santoña, Becerril, Ribamontán y el Laguna entre otros. Fue elegido como mejor jugador de la temporada 2011/2012 por la Federación de Castilla y León de fútbol.

P.- ¿Cómo empezaste a jugar de portero?
R.- Yo, como todos los niños, quería meter goles, pero el primer año que jugué en el colegio, se lesionó el portero que teníamos. Mi padre que iba muy pocas veces a verme, porque no le gustaba el fútbol nada, le dijo al entrenador: “Ponle a Rubén que juega con mayores y siempre le ponen de portero”. Y gracias a él me he martirizado en la portería durante 32 años.

P.- ¿Cómo llegaste a parar al CD Rioseco?
R.- Encontré trabajo aquí y me quede a vivir aquí. Al principio iba y venía a Santander porque ya había empezado la temporada con el Santoña. Al año siguiente, la primera parte de la temporada la jugué con otro equipo de Cantabria, el Ribamontán, y ya la terminé en el CD Rioseco. Después me marché a jugar en tercera con el Laguna. Un año después en una conversación con mi abuelo y con Luis Fernández (que fue presidente del club más tarde), tomé la decisión de volver. Sobre todo lo hice porque veía que la salud de mi abuelo empeoraba y su sueño era que yo jugase en su equipo.

P.- De no haber sido portero, ¿en qué otra posición te hubiese gustado jugar?
R.-
Hubiese sido entrenador. Y dentro del campo medio centro, que organiza y manda como el portero y esa era mi virtud: organizar el equipo.

P.- ¿Cómo es Rubén como deportista?
R.-
Soy pura vitalidad, puro nervio. Un profesional total. La gente que me conoce sabe que pego un cambio radical cuando estoy dentro del terreno de juego. Era llegar al campo con mi mochila y se me cruzaban los ojos, ya solo veía ganar, ganar y ganar. Soy un competidor nato.

P.- ¿Qué te ha aportado el CD Rioseco?
R.- Ser así, ser como soy. Es parte de mi educación como deportista y como persona. Los valores de este club me han hecho ser la persona que soy.

P.- ¿Cómo te gustaría que te recordasen en el CD Rioseco?
R.- Como he sido siempre, un jugador de equipo que ha intentado ayudar a todos sus compañeros. Y como la sombra del más grande que era mi abuelo.

P.- ¿Qué significa tu abuelo en tu vida?
R.- Todo. Mi abuelo fue como mi padre, mi referente, mi ídolo, mi modelo a seguir. Él me hizo jugador de fútbol, fue quien me metió esto en la sangre. Es la persona más importante de mi vida deportivamente hablando. Discutíamos mucho, pero éramos el uno para el otro y el otro para el uno. Gracias a él estoy aquí, me dio su casa en un momento personal difícil, me cuidó y me hizo jugar en su equipo.

P.- ¿Cuál es la lesión que más te ha marcado?
R.- La peor lesión que he tenido no fue física, fue psicológica y es la que más daño me hizo en esto del fútbol, pero gracias a Dios se pasó. Y mira que he tenido físicas, me partí la fascia plantar (que no se la parte nadie en el mundo) y tuve la del fémur del año pasado, pero son lesiones que en la vida de un deportista que estamos tres días a la semana más el partido cuatro pueden pasarle a cualquiera.

P.- ¿Cuál ha sido el momento más polémico que has vivido con el Rioseco?
R.- (Risas). Lo que pasó en Medina del Campo, que en realidad no era para tanto. Además, yo luego fui a Medina a jugar. Y fue muy paradójico porque la gente que ese día me quería matar, dos años después me aplaudía. Me sentí muy querido allí.

P.- ¿Qué significó para ti ser nombrado mejor jugador de la temporada 2011/2012 por la Federación de Castilla y León de fútbol?
R.- Fue algo muy bonito. La recompensa a tantos años de esfuerzo y trabajo.

P.- ¿Tienes alguna espina clavada?
R.- Sí, el haber ascendido y jugado en tercera con el bloque del Rioseco de las temporadas desde el 2004 a la 2010 que estuvimos muy cerca de conseguirlo.

P.- ¿Alguna anécdota que recuerdes especialmente?
R.- Jugábamos un año en Ciudad Rodrigo y vestíamos como siempre de blanquinegro y resulta que ellos llevaban camiseta blanca y pantalón negro y lógicamente no podíamos jugar así. Resulta que nuestra segunda equipación era blanca. Entonces lógicamente tampoco podíamos. El Ciudad Rodrigo nos dejó su segunda equipación que era roja. Uno de los compañeros, Edu, no se puso la camiseta hasta el último minuto porque tal y como decía “el no jugaba con el escudo de los otros”. Estuvimos todo el calentamiento intentando convencerle y, al final, se la tuvo que poner claro. (Risas)

P.- ¿Cómo ves al equipo esta temporada?
R.- Tienen un gran entrenador que va a saber sacar el máximo de todos los chavales y depende de la responsabilidad y compromiso del equipo. Si lo tienen se salvarán sin ningún tipo de problema. De lo contrario, será una temporada difícil, similar a la del año pasado.

P.- ¿Crees que hay proyecto a largo plazo en la portería del Rioseco?
R.- Creo que Idelfonso, que será mi sucesor, es un chaval que si su cabeza está asentada tiene muchas condiciones y mejor que yo no le conoce nadie porque le he entrenado. Tanto con él como con los que vienen por detrás: Sergio, Víctor y también Candi, cuando se recupere, van a estar muy bien todos estos años. Hay buena cuna de porteros y la seguirá habiendo.

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