García Abril, segundo en su categoría en la Panes-Potes

Correr supone también la superación de retos personales. El corredor corre contra sí mismo, sea cual sea su meta. No es una cuestión de tiempo ni de distancia. Como en todas las cosas de la vida, se trata de correr su propia carrera, una que solo le pertenece a él, con unas particulares metas que marca él para lograr los retos personales: para una persona conseguir correr un kilómetros seguido puede tener el mismo valor que para otra acabar una maratón. Lo dicho, no es una cuestión de tiempo ni de distancia.

En su particular carrera personal, el veterano atleta riosecano José Andrés García Abril logró la semana pasada la consecución de un nuevo reto al conseguir la muy meritoria segunda posición en su categoría en una prueba tan dura como la Subida Pedestre Desfiladero de la Hermida, que, en su vigesimonovena edición, volvió a discurrir entre la localidad asturiana de Panes y la villa lebaniega de Potes, por lo que popularmente se la conoce a esta carrera como la Panes-Potes. En un recorrido de constante subida, 500 corredores participaron, logrando llegar a meta 476.

28,5 kilómetros de una dura prueba que el atleta riosecano recorrió en un excelente tiempo de 2 horas y 37 segundos (2.00.37), que le hicieron quedar segundo en su categoría. Aunque García Abril expresó la dureza de la prueba por el alto grado de humedad, también quiso destacar lo espectacular del bello entorno.

La prueba en categoría masculina la ganó el eritreo Workneh Fikre, que logró un magnífico tiempo de 1.36.37. Tras Fikre, que ya se había impuesto en las ediciones de 2012 y 2013, entró el leonés Alejandro Martínez, y seguidamente el lebaniego Francisco Rodríguez, que fue recibido con una gran ovación.

En categoría femenina, la ganadora fue la atleta cántabra Irene Pelayo, que también cuenta con el récord de la prueba desde el año 2012, establecido en 1.49.34, y que logró un registro de 1.50.22, seguida de la toledana Dolores Marco, y de la cántabra Vanesa del Río.

Cuando el ir a correr se ha convertido en los últimos tiempos en una moda, José Andrés García Abril, con 50 años de edad, lo sigue haciendo cada día después de más de tres décadas. Es un atleta de pura cepa, de aquellos para los que el correr es parte importante de su vida. En sus piernas se acumulan miles kilómetros de caminos, de ir y venir junto al Canal de Castilla, de subir al Moclín, de recorrer el páramo de Valdecuevas. Horas y horas de hacer realidad una pasión, de querer siempre bajar un segundo en esa especial competición consigo mismo, de ser él mismo, de estar a gusto consigo mismo.