Rioseco en el Museo del Prado


Teresa Casquete Rodríguez. Historiadora del Arte

Castillo y murallas de Medina de Rioseco
Castillo y murallas de Medina de Rioseco

También en el Museo del Prado se guarda un pedazo de Medina de Rioseco. Esta venerable institución guarda desde el año 2004 una colección de dibujos de Cecilio Pizarro Librado, en los que el artista toledano representó un buen número de monumentos españoles y entre ellos cuatro de Medina de Rioseco.

En esta serie de dibujos a lápiz sobre papel, realizados en torno a 1850, aparecen plasmados el exterior de la Iglesia de Santa María, el interior de la de Santiago, la fachada del Palacio de los Almirantes y el Castillo de los Enríquez.

Ninguno de ellos se ajusta literalmente a la realidad, sino a la visión romántica de Pizarro, en la que la imaginación del artista jugó un importante papel. Observando las obras detenidamente encontramos elementos inexistentes, como el termes del contrafuerte izquierdo de Santa María, la estructura simplista del retablo mayor de Santiago o la ventana en arco de herradura del Palacio, entre otros. La visión del conjunto defensivo formado por la fortaleza riosecana y la muralla, es por entero producto de la fantasía del toledano. Porque

Fachada principal de Santa María
Fachada principal de Santa María

cuando Pizarro visitó Medina de Rioseco, que fue a mitad del siglo XIX, no quedaba en pie ni un solo muro del castillo de los Almirantes y apenas unos escasísimos restos de esas murallas. Gran parte de la “culpa” de esta reconstrucción ideal la tuvo también el escritor Ventura García Escobar, que en los años anteriores había realizado un estudio del posible diseño original de la fortaleza basado en algunos restos aparecidos en incursiones arqueológicas realizadas por él mismo y un pequeño grupo de intelectuales riosecanos. En esas excavaciones amateurs se habían encontraron con anterioridad, entre otros interesantes y curiosos restos, los cimientos de un gran cubo angular, así como una talla de madera, a tamaño natural, de San Miguel, un sepulcro de piedra con una momia envuelta en gasas de plata y una culebrina (pequeño cañón de escaso calibre).

Interior del templo de Santiago
Interior del templo de Santiago

El dibujo que representa la fachada del Palacio de los Enríquez, es sin embargo un importante testimonio. Fue derribada tan sólo cinco años después de que Cecilio Pizarro la plasmara en su cuaderno y, como en el caso del arco barroco del Puente Mayor, los munícipes de entonces usaron para su desaparición la falsa escusa de un supuesto mal estado. Es por tanto, la única imagen que a día de hoy, poseemos para conocer su diseño.

La conexión con Ventura García Escobar fue más allá del asesoramiento arqueológico anteriormente citado. Los dibujos de Pizarro acompañaron en forma de grabados los artículos que el literato riosecano publicó en el “Semanario Pintoresco Español”. Y a ellos se sumaron otros de edificios monumentales de la comarca, como los castillos de Torrelobatón, Torremormojón y Villalba de los Alcores, el claustro del Monasterio de Matallana o la iglesia de los Templarios, en Ceinos de Campos.

Fachada del Palacio de los Almirantes
Fachada del Palacio de los Almirantes
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