Recuerdos de un Tren de Leyenda (primera parte)

Donde se cuenta la génesis y el desarrollo del llamado Tren Burra, que sirvió durante casi un siglo de eje vertebrador del transporte de Tierra de Campos.

Ángel Gallego Rubio

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Convoy de la línea Rioseco – Palanquinos a mediados del siglo XX
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Plano de la primitiva línea Valladolid–Medina de Rioseco

Hace ahora un siglo, en 1915, se inauguraba el último tramo del ferrocarril que atravesaba Tierra de Campos conectando localidades de las provincias de León, Palencia, Valladolid y Zamora a través de 35 estaciones y apeaderos en un total de 226 km. que le convertían en el de mayor longitud de los de vía estrecha de España, lo que, a la postre, le conduciría a su ruina económica. El nombre oficial era Ferrocarril de Castilla, aunque todo el mundo lo conocía como Tren Burra apelativo irónico y burlón, pero cariñoso y ahora plagado de nostalgia, que se ganó debido a que los habituales descensos de la presión en las calderas de las locomotoras –provocado muchas veces por la mala calidad del combustible de carbón- hacían que en muchas ocasiones la disminución de la velocidad de los convoyes fuera considerable.

Pero la historia comienza antes. El 14 de abril de 1877, cuando Francisco Subizar Berasain presenta el proyecto de un tranvía de tracción animal entre Valladolid y Rioseco, recogiendo las ideas que desde hacía un par de décadas rondaban por la cabeza de empresarios y próceres tanto riosecanos como vallisoletanos. El proyecto se aprueba el 8 de noviembre de 1878 y, tras dos concursos, se adjudica al Marqués de Guadalmina, presidente de la Sociedad Española de Ferrocarriles Secundarios, promotora de empresas ferroviarias de la que era secretario general el Marqués de Alburquerque, que solicita, además, el cambio de tracción animal a vapor, autorizada provisionalmente el 29 de septiembre de 1880. Poco más tarde, los aristócratas traspasan la concesión a la Compañía del Ferrocarril Económico de Valladolid a Medina de Rioseco, empresa creada en Barcelona el 28 de febrero de 1881. El Banco de Cataluña se encargó de financiar la construcción de la línea.

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Pasajeros en el andén de la estación de abajo

La inauguración del primer tramo, que unía los aproximadamente 40 km. que separaban las estaciones de Valladolid-San Bartolomé (situada junto al Puente Mayor) y Medina de Rioseco-El Carmen (construida en terrenos fronteros al convento carmelita) tuvo lugar, de forma precipitada y tras varios retrasos, el día 13 de septiembre de 1884, para hacerla coincidir con las fiestas de Castilviejo. La llegada del ferrocarril fue celebrada en Rioseco con grandes muestras de entusiasmo y festejos especiales entre los que destacó, como principal atractivo, una corrida de toros con la participación de la por entonces primerísima figura de la torería Salvador Sánchez Frascuelo.

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Empleados del ferrocarril a principios del siglo XX

Posteriormente, el 1 de diciembre de 1890, se inauguró el segundo tramo, una vía de carácter urbano que unía las vallisoletanas estaciones de San Bartolomé y Campo de Béjar (actual estación de autobuses). Recorría el Puente Mayor, el Paseo de Isabel la Católica, San Ildefonso, el Paseo de Zorrilla y la calle Gabilondo. Se llegó incluso a prolongar, por la calle de Recondo, hasta la estación del Norte, sólo para el intercambio de mercancías.

La línea mantenía, en principio, un servicio irregular para el que fueron compradas seis locomotoras Sharp-Stewart, fabricadas en Manchester y bautizadas con los nombres de las estaciones de la línea: (1-Valladolid, 2-Zaratán, 3-Villanubla, 4-Mudarra, 5-Valverde y 6-Rioseco, que es la que en la actualidad preside la vallisoletana plaza de San Bartolomé), que contaba además con dos apeaderos en Torozos y Coruñeses. En 1910 se compran dos nuevas máquinas de vapor a la industria Saint-Léonard, de Lieja (una de ellas, la 7-Castilla, es la que hoy podemos contemplar en el riosecano paseo del Bulevar). Entre 1911 y 1913 la empresa adquirió otras trece máquinas, de fabricación nacional, a La Maquinista Terrestre Marítima. Por último, compró en 1920 otra de tipo 0-3-0T, de ocasión, al ferrocarril de Olot a Gerona. Pronto el ingenio popular bautizaría a las locomotoras como Chocolateras la semejanza con el menaje utilizado por entonces para elaborar la sabrosa, y como ellas humeante, bebida.

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La estación de abajo en sus primeros años de vida
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Ferroviarios riosecanos en los años 20

El 1 de julio de 1912, el rey Alfonso XIII inaugura un nuevo tramo, entre Villalón de Campos y Palencia, y en 1913 entra en servicio la línea de Rioseco a Villada, enlazada con la anterior y destinada a dar cauce al creciente flujo de pasajeros y mercancías generado por la pujanza que alcanza Rioseco en esos primeros años del siglo XX gracias a una floreciente industria (fábricas de harina, fundiciones…) que la convierten en centro neurálgico de la comarca y de las rutas comerciales marcadas por diversos medios de transporte, pues con el ferrocarril convivían en aquellos años los medios tradicionales por caminos y carreteras y la ruta acuática hacia el Norte por el Canal de Castilla.

Esta línea marca un segundo hito en la historia del ferrocarril riosecano con la construcción de la segunda estación riosecana, bautizada como Rioseco-San Juan o Rioseco-Castilla y popularmente denominada Estación «de Arriba», en contraposición a la ya existente, ahora llamada Rioseco-Tránsito V. R., que pasa a conocerse como “de Abajo”. La unión entre las dos estaciones seguía el trazado de una vía de retroceso ubicada en el lado oeste de la ciudad con la complicación del desnivel existente entre ambas, que generaba un escalón solucionado mediante dos curvas. Además, dos puentes salvaban las carreteras a Villaesper y Villalpando y un paso a nivel el camino de Castilviejo.

La nueva estación se convierte en punto de partida de la ampliación de la línea hacia la provincia de León. Las obras se realizaron entre 1913 y 1915 siguiendo primero el proyecto de Manuel Bellido y finalizándose bajo la dirección del ingeniero Juan Cervantes. El nuevo tramo, que sería el último, empieza a funcionar el 30 de abril de 1915 entre Rioseco y Palanquinos.

En la galería de imágenes las siguientes fotos: 1 (Tren correo en la estación de arriba. Años 40). 2 (Esquema de todas las líneas del ferrocarril secundario de Castilla y sus enlaces). 3 (Locomotora 7-Castilla, en el Paseo de Rioseco). 4 (Locomotora 6-Rioseco, en la vallisoletana Plaza de San Bartolomé). 5 (Plano de las vías a su paso por Rioseco. Línea negra que muestra las curvas para salvar el caserío y el desnivel entre estaciones)

Hasta aquí la primera parte de esta historia, ampliamente recogida en dos estupendas publicaciones: El ferrocarril económico de Valladolid a Medina de Rioseco (1884-1935) de Salvador Barrios Rubio y El ferrocarril de Valladolid a Medina de Rioseco Tren Burra de Godofredo Garabito Gregorio, que han servido para documentar estos artículos, ilustrados con fotografías procedentes de diferentes colecciones y archivos.

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