Las clarisas reciben el premio Marcelino Lobato por su albergue

Sor Piedad Cuadrado acudió a la entrega del galardón en Regueras de Abajo

Miguel García

Las monjas clarisas del cenobio riosecano de Santa Clara han recibido el primer galardón de la sexta edición de los premios que concede Marcelino Lobato, el peregrino leonés que, ataviado con la indumentaria tradicional jacobea y con sus largar barbas, es famoso por haber recorrido miles de kilómetros de todos los ramales a Santiago. Las clarisas riosecanas son reconocidas así por el excelente albergue que regentan en el propio convento.

Junto a Sor Piedad Cuadrado, clarisa riosecana y hermana hospitalera, estuvieron acompañando durante la entrega del premio a la religiosa, el alcalde de Rioseco, David Esteban, y el presidente y el secretario de la Asociación de Amigos de los Caminos de Santiago de Risoeco, Antonio Fuentes y Jaime Izquierdo.

Sor Piedad recogió el galardón, una efigie de la figura del propio Marcelino, diseñada por el alfarero Félix Vázquez, este viernes en la localidad leonesa de Regueras de Abajo, localidad natal del peregrino e impulsor de estos reconocidos premios.

Las clarisas riosecanas se encargan de este albergue desde que abrió las puertas en 1992. Desde entonces son miles los peregrinos que han hecho parada en el centenario convento, llegados de todas las partes de España, pero también de países como Alemania, Rumanía, Italia, Argentina, Francia o Bélgica, y últimamente de Asia. Sor Piedad explicó que los peregrinos valoran de su albergue “la tranquilidad y la paz espiritual que se respiran, participando muchas veces con nosotras en las vísperas”.

Al marchar, todos los peregrinos se van maravillados por el trato de las clarisas riosecanas ya que se les ofrece el botiquín del convento cuando es necesario o incluso frutas y otros productos de su huerta. Para Sor Piedad, “el atender a los peregrinos, que siempre están necesitados, es algo especial”.

Un remanso de paz en el Camino de Santiago de Madrid
El albergue se encuentra en el Camino de Madrid, que se une en Sahagún al Camino Francés. Una ruta jacobea que el peregrino sabe valorar al descubrir cómo debieron ser las peregrinaciones en su origen, cuando salía de su casa para llegar a Santiago de Compostela. “La soledad, la tranquilidad o la hospitalidad de esta ruta son muy valorados por los peregrinos”, según destacó sor Piedad, quien añadió que “muchos buscan la soledad para encontrase a sí mismo y ayudar al prójimo”.  Este albergue tiene su origen en una antigua casa de acogida sobre la que las religiosas llevaron a cabo una importante remodelación a principios de 2011 tras ser considerado por la Junta de Castilla y León como albergue de los Caminos de Santiago, a la vez que la otra casa de acogía del convento se convertía en albergue turístico.  El Camino de Madrid arranca de la capital de España y cruza la Sierra del Guadarrama por el puerto de la Fuenfría (1790 m.), recorre la meseta septentrional en las provincias de Segovia, Valladolid y León a través de la Tierra de Pinares, Montes Torozos y Tierra de Campos, para unirse en Sahagún al Camino Francés.

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