La familia Barbadillo (I)


Teresa Casquete Rodríguez. Historiadora del Arte

Encuadernación del privilegio de Don Juan de Barbadillo Quincoces
Encuadernación del privilegio de Don Juan de Barbadillo Quincoces

Dice Alberto Pizarro, en su obra “De Enríquez a Manrique, una taurología”, que Don José de Barbadillo fue el primer ganadero de bravo de Medina de Rioseco. El histórico dato, obtenido en la famosa enciclopedia taurina “El Cossío”, lo aporta un documento de compra de ganado por parte de unos munícipes de Pamplona, desplazados para tal fin a Medina de Rioseco, en el año 1682.

En realidad la familia Barbadillo era oriunda de Ezcaray, La Rioja, y el primer miembro en establecerse en nuestra ciudad fue el mercader de paños, Francisco de Barbadillo Quincoces, abuelo del ganadero José. Vivía en La Plaza con su mujer, la riosecana Ana Peláez Zorrilla, con quien se había casado en 1614, en la parroquia de Santa Cruz. Junto a él también trasladó su residencia a Rioseco su hermano Julián de Barbadillo, que en el padrón de 1652 aparece con el título de Don, residiendo en la Calle de la Cárcel vieja.

Interior del privilegio de Don Juan de Barbadillo Quincoces
Interior del privilegio de Don Juan de Barbadillo Quincoces

La mayor parte de los datos sobre el origen de esta familia riojana, nos los aporta un bello libro manuscrito, guardado en el Archivo de la Real Chancillería de Valladolid. Una vistosa y costosa obra de cuidada caligrafía sobre pergamino, toda ella encuadernada con una cubierta de lujo, realizada en piel y oro. El libro contiene la documentación del traslado del privilegio de hidalguía y probanza ad perpetuam rei memoriam de Don Juan de Barbadillo y Quincoces, padre del ínclito José. La labor  fue realizada por el escribano de cámara de la Sala de Hijosdalgo, Juan Fernández de Velasco y está fechada en 1648, durante el reinado de Felipe IV, el Rey Planeta.

Uno de los aspectos más curiosos de su contenido es el listado de testigos que participaron en dicha probanza. Por Medina de Rioseco, tomaron parte en el proceso doce ciudadanos:

  1. El licenciado Francisco Pinto, comisario del Santo Oficio en Rioseco (personaje ya conocido por los lectores por su trifulca con el alcalde), que además era hidalgo y tenía 53 años.
  2. El licenciado Miguel García, beneficiado de preste del cabildo riosecano, de 78 años.
  3. Don Francisco del Nero (otro popular riosecano protagonista de anteriores artículos), alcalde ordinario de Rioseco, hidalgo y de 61 años.
  4. Antonio Díaz de Miranda Sánchez, vecino y contador de la ciudad de Rioseco, de 74 años.
  5. El hidalgo Juan Bautista Vázquez de Prada, de 70 años.
  6. Antonio de Arcilla Navamuel, clérigo de misa y vecino de Rioseco, de 66 años.
  7. El riosecano Sebastián Vázquez Madaleno, hidalgo de 44 años.
  8. El licenciado Juan Gallego, clérigo presbítero y comisario del Santo Oficio, de 63 años.
  9. El licenciado Pedro Vázquez Madaleno, clérigo presbítero, arcipreste y beneficiado de preste en Rioseco, de 42 años.
  10. Gaspar de la Cuesta, riosecano, mercader de calcetería y del estado de buenos hombres, de 66 años.
  11. Antonio de Morales, librero, vecino de Rioseco e hidalgo, de 80 años.
  12. El hidalgo riosecano Jerónimo de San Juan, de 64 años.

Algunas de las páginas del interesante documento contienen frases subrayadas y comentarios en los márgenes. La razón está en que sus descendientes lo utilizaron en varias ocasiones para reclamar sus derechos como hidalgos de sangre notorios. En 1744 lo presentó como prueba José de Barbadillo Vascones, vecino de Tordehumos y nieto de Juan, el titular del mismo. De la misma manera y también con resultado favorable, en 1770 y 1771 fue reutilizada por sus sucesores para refrendar los privilegios de su estado.

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