Flying Fish bucea en la memoria de Rioseco y sus habitantes

Su proyecto 'Conectando Memorias' se instala en la ciudad de los Almirantes de la mano de cuatro colectivos europeos en cooperación con dos asociaciones locales

Un reportaje de Laura Alonso

Medina de Rioseco respira alegría, compañerismo, diversión, historias del hoy y del ayer y también teatro en su vertiente más educativa. Lo hace desde el pasado lunes, cuando el colectivo Flying Fish (integrado por cuatro asociaciones europeas: la anfitriona Cross Border Project, la francesa ab ovo, la holandesa GUTs y la húngara Forum Company) aterrizó en la ciudad de los Almirantes con el objetivo de desarrollar su innovador proyecto artístico, Conectando Memorias. Todos los miembros de las diferentes compañías trabajan en el campo del teatro vinculado a la educación y al impacto social y político que provoca.

Esta pionera práctica tiene como base el teatro y las historias reales o imaginarias inspiradas en Rioseco. Para ello, la Asociación de Mayores de Medina de Rioseco y la Asociación Juvenil (AsJuRio) cooperan con estas organizaciones europeas. De esta manera, Conectando Memorias se presenta como un puente de unión generacional entre los riosecanos de entre 14 y 20 años y los mayores de 60 y sus memorias. “La idea principal es involucrar a la gente, ver qué pasa cuando escuchas la historia de alguien que no conoces”, explica la argentina Valeria Bonomo, de la asociación ab ovo.

El Casino del Círculo de Recreo y la Fábrica de Harinas de San Antonio son los centros que acogen las actividades diarias de este motivador proyecto, en el que se entremezclan lo histórico con lo personal y lo real con lo puramente ficcional y que cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Medina de Rioseco, la Diputación Provincial de Valladolid y el programa europeo de educación Erasmus+. Dedican un total de nueve horas al día en el desarrollo de talleres y escenificaciones en base a una doble vertiente de trabajo: entre los miembros de las compañías y con las asociaciones riosecanas. “Por un lado, trabajamos el peer to peer, ‘persona a persona’, nos conocemos uno a uno nosotros primero y después pasamos a hacerlo con ellos”, explica Nacho Bilbao, coordinador de Flying Fish en España.

Esto es muy importante, puesto que cada compañía tiene su propia forma de trabajo y, además, provienen de países distintos. Necesitan un tiempo para conectar ellos, tomar la medida de lo que van a hacer y como lo van a llevar a cabo. “Cada mañana  realizamos escenificaciones en las que cada compañía muestra la manera que tiene de trabajar, lo evaluamos entre todos y decidimos que puede enriquecernos a los demás a nivel individual, a nivel de compañía y qué puede ser útil para poner en práctica con la comunidad riosecana”, matiza Bilbao. En definitiva, tratan de sacar a la luz la historia viva de Rioseco y con el objetivo de que a través de la convivencia de culturas y generaciones puedan nutrirse unos de las experiencias de los otros. “Se basa en recolectar historias y a través de estas generar alguna manera de compartirlas con la comunidad”, explica Nacho.

El broche final a once días de diversión, aprendizaje, historias y teatro será una muestra abierta a todo el público el próximo día 29 de agosto en la Fábrica de Harinas. “No sabemos cómo será, tenemos que escuchar lo que nos cuentan y ya se verá”, afirmaba Nacho Bilbao. Lo que sí es seguro es que la muestra dejará patente tanto el proceso de trabajo como los conocimientos adquiridos en estos días. “Nuestra intención es que todas las personas puedan compartir lo que han descubierto”, adelanta Bilbao.

Por el momento, todo marcha a la perfección. Ni siquiera el idioma ha supuesto un problema. “La lengua común es el inglés, hay traducciones simultáneas y buscamos estrategias de comunicación diferentes como los gestos, las miradas, el movimiento o lo gráfico”, detalla Bilbao. La adaptación, a su vez, está siendo sencilla. “Todo está muy organizado y la gente nos ha recibido muy bien, estamos muy contentos”, afirma con una sonrisa Valentina. Por su parte, Marina García y Raquel Cano, de AsJuRio, aseguran que a pesar de haber tenido poco contacto por el momento, “somos como una gran familia en la que cada uno aporta lo suyo”.

El congreso Young Idea celebrado el año pasado en París fue el origen
Los impulsores de este proyecto, las cuatro compañías teatrales europeas, se conocieron hace un año. “Coincidimos en el congreso Idea sobre arte y educación en París”, recuerda el coordinador español.  Este Congreso cuenta con una “cantera”, el Congreso Young Idea. Se trata de una convocatoria para que artistas y educadores de todo el mundo puedan participar en el encuentro  previa presentación de una solicitud.  Tan solo cuatro meses después de este encuentro, en diciembre, se comenzó a fraguar la idea de este proyecto. “Los que éramos de Europa decidimos reunirnos para crear un colectivo a nivel europeo y hacer nuestra actividad más solida, ganar repercusión y generar cierta unidad en determinados métodos, actividades, recursos y contactos”, recuerda Bilbao. Este año, Cross Border Project actúa como anfitrión y eligieron Rioseco «porque nuestra directora, Lucía, es de Valladolid y también porque la predisposición que mostraron desde el Ayuntamiento y la Diputación fue muy grande”, afirma Nacho Bilbao.

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