El Rioseco avanza en la clasificación “sin querer queriendo”

Los blanquinegros consiguen un justo e importante empate en casa del líder, en un partido en el que el juego no brilló en exceso, debido al mal estado del campo (1-1)

cdportada

Roberto Gómez Bolaños, popular cómico mexicano, falleció en la madrugada del pasado viernes. Chespirito, como era mundialmente conocido, nunca soñó con ser famoso. La fama llegó a su vida “sin querer queriendo”, como decía su personaje más emblemático de El Chavo del 8. Este lema también resume perfectamente el inicio de temporada y el partido del pasado domingo del Club Deportivo Rioseco. Y es que, tal y como se desarrolló todo al comienzo, nadie se esperaba que los de David iban a ocupar, a cuatro jornadas del fin de la primera vuelta, la séptima plaza. Tampoco que, teniendo en cuenta la situación inicial, iban a volver de León con un punto más en el bolsillo.

barroGómez Bolaños tenía un extraordinario sentido del humor y El Chavo del 8, a simple vistano era otra cosa que eso: humor en su estado más puro. Se trataba de una serie capaz de hacerte reír tanto con las más coherentes payasadas como con los más rebuscados juegos de palabras. Del mismo modo que el Rioseco es capaz de hacer disfrutar tanto con jugadas rápidas y directas como con lentos y precisos toques. No obstante, lo más grande espera siempre detrás de las apariencias, ya sean engañosas o no. Los blanquinegros –el domingo vestidos de rosa– demostraron que detrás de las risas y el juego hay mucho más y que la verdadera herencia de El Chavo del 8 –que es también la clave de su juego– es el valor de la amistad y la solidaridad.

Ambos equipos salieron con dudas al terreno de juego, que estaba convertido en un auténtico patatal. Desde el pitido inicial, la zaga riosecana, muy unida, no buscó otra cosa que adaptarse. El Ejido, por su parte, se desenvolvía con más soltura, puesto que está acostumbrado a practicar un juego más directo y en largo para su delantero estrella, Toño, un puntero de casi dos metros de altura, sobrado de clase y tablas. Un tiro lejano, que fue atrapado con seguridad por Fonso, y un gran centro lateral, que no encontró rematador, fueron las ocasiones más claras de los leoneses. Cuando la delantera rosa estaba a punto de desaparecer en el fondo de cualquier barril, como hacía el Chavo cuando se sentía perseguido y acorralado, llegó el descanso.

Tras el intermedio, ambos equipos intentaron crear un juego más abierto y canalla. Los resultados no tardaron en llegar para los locales. A merced de un despiste en el marcaje, Toño anotó el primero de la tarde, con un disparo imparable. Molina y Paco intentaron romper el juego por el interior y las bandas, pero los leoneses estaban bien encerrados y las condiciones del campo limitaban su indudable calidad. Pero la excelencia de un verdadero campeón se mide por la capacidad que tiene para transformar los problemas en oportunidades. Gómez Bolaños ya lo demostró cuando todavía trabajaba de guionista para un canal de televisión y la ausencia de uno de los actores hizo que al gran Chespirito no le quedase más remedio que mirar cara a cara a las cámaras, encontrando su verdadero camino.

El Rioseco, tras el gol, supo recomponerse. Sin dudarlo se metió en la piel del mexicano, miró de frente a las adversidades y sacó a relucir al barro de La Granja su parte más camaleónica, adaptándose con soltura al terreno y al juego impuesto por los de Pereira. Desde este momento, el conjunto visitante se metió de lleno en el partido, hizo volar el balón, generó ocasiones y, finalmente, terminó encontrando su premio. Corría el minuto 62 cuando Alberto, muy atento, aprovechó un rechace de Nacho, sumando, de esta manera, el 1-1 y entonando, al más puro estilo de El Chapulín Colorado: “¡No contaban con mi astucia!”. Al grito se sumó el juvenil Baeza, que pese a su juventud, la dificultad del campo y la presión del encuentro, realizó un notable partido.

Los últimos minutos fueron lo más parecido a los últimos años de vida de Chesperito: un quiero y no puedo. Pero, en este caso, con un final feliz. Fue con el pitido final del colegiado con el que se firmó el justo empate, que otorgó un importante y merecido punto a los riosecanos, que les permite seguir agarrados a la zona cómoda de la tabla clasificatoria una semana más. Fue Roberto Gómez Bolaños el hombre que vivió por revivir al niño que todo hombre lleva dentro. Es el fútbol el deporte que hace que el mundo y sus problemas se congelen. Fue, es y será el Club Deportivo Rioseco el que conjugue y despierte este cúmulo de sensaciones cada domingo.

CD Ejido: Nacho, Rafael, Santiago (min.86 Cristian), Carlos, David, Urbano, Adrián, Alberto Suárez (min.68 Alejandro), Toño, Bilal y German.
CD Rioseco: Fonso, Valdi, Sánchez, Guille, Sergio, Suso, Christian (min.78 Andrés), Baeza, Paco, Molina y Alberto Fernández.
Marcador: 1-0 Toño, min.48; 1-1 Alberto Fernández, min.62.
Árbitro: El colegiado, David Lavín Pérez, mostró cartulina amarilla a German, Santiago, Carlos y Urbano vio la segunda amarilla en el minuto 89 por lo que fue expulsado, por parte del Ejido. Por parte del CD Rioseco, ningún jugador fue amonestado.
Incidencias: Partido correspondiente a la decimotercera jornada de Liga, disputado en La Granja (León).

share on: