El Pucela se siente en Rioseco como en casa y sigue su racha victoriosa

El Real Valladolid venció por la mínima al Leganés, con un gol de Jaime Mata
Gran ambiente en las gradas del Juan Carlos Navarro que concitó 1.300 personas

Real Valladolid. Fotos: D.C.G.

El Real Valladolid ganó por 1-0 al C.D. Leganés en la tarde de este miércoles en Medina de Rioseco, con un gol de Jaime Mata en el minuto 31 del encuentro, y se llevó el IV Trofeo Canal de Castilla. Con cerca de 1.300 espectadores en un abarrotado campo Juan Carlos Navarro, el Real Valladolid fue superior ante un deslavazado Leganés, a pesar de que el conjunto pepinero milita en Primera División. Los pucelanos siguen su racha invicta en pretemporada con cuatro victorias y dos empates.

Como en anteriores amistosos, Luis César puso dos onces diferentes en juego en cada una de las partes. En la primera parte, el Real Valladolid jugó Masip; Moyano, Deivid, Calero, Ángel; Luismi, Sergio Marcos; Mata, Toni, Samanes; y Miguel, con Mata en banda derecha como variación táctica más importante. Precisamente Mata, que cazó un balón suelto en el área pepinera, fue el autor del gol del partido a la media hora de juego.

Ese 1-0 al descanso fue reflejo de la ligera superioridad del Real Valladolid ante un C.D. Leganés que no acabó nunca de encontrarse cómodo en el partido ante la presión de los blanquivioleta. El Pucela, además de la jugada del gol, dispuso de una ocasión clarísima en los pies de Ángel, fabricada en colaboración con el juvenil Miguel, mientras que durante el dominio madrileño Masip apenas tuvo que intervenir.

En la segunda parte jugaron Becerra, Antoñito, Guitián, Álex Pérez, Nacho, Sulayman, Anuar, Hervías, Míchel, Jose e Iban Salvador. Jose jugó en banda izquierda mientras que Iban Salvador ocupó la punta del ataque.

El C.D. Leganés intentó en la reanudación dar la vuelta al partido, pero con el cambio múltiple en sus filas a la hora de juego, dio un paso atrás, en la misma medida que el Real Valladolid tomó definitivamente el mando, situación que pudo traducirse en el segundo tanto blanquivioleta, que hubiera sido el segundo tanto encajado en esta temporada por el conjunto madrileño, que si por algo se caracteriza es por su orden y su espíritu combativo que siempre obliga al rival a dar lo mejor de sí mismo para ganarle.

En definitiva, el Real Valladolid estuvo en Rioseco en la misma línea que en el resto de partidos de esta pretemporada: bien colocado, disciplinado, trabajador, rápido en los últimos metros, con la vocación de sacar el esférico jugado desde atrás y ambicioso para, no sólo plantar cara a rivales de entidad superior, sino superarles en algunas fases. El Pucela ha trazado una línea recta y avanza con seguridad sobre ella para conseguir una buena preparación ante el comienzo de la Liga.

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