Aparece el testimonio gráfico más antiguo de la Pasión riosecana

La historiadora Teresa Casquete descubre en el Archivo Histórico Nacional un dibujo del año 1864 que representa un Domingo de Ramos

Redacción. Foto facilitada por Teresa Casquete

Domingo de Ramos en MDR - 1684Conocíamos contratos, bulas, libros de hermanos, reglas y otros manuscritos, que refrendaban la antigüedad de la Semana Santa de Medina de Rioseco, llevándola al siglo XV y posiblemente a antes. Pero hasta ahora no teníamos ningún testimonio gráfico más allá de finales del siglo XIX, sobre cómo eran los actos que se organizaban en torno a la conmemoración de la Muerte y Resurrección de Jesucristo en nuestra ciudad.

La historiadora riosecana, Teresa Casquete, colaboradora de este diario digital, ha desvelado ahora la existencia de un dibujo del año 1684, en el que aparece una representación de cómo se celebraba en siglos pasados el Domingo de Ramos en Medina de Rioseco.

El documento, que se guarda en el Archivo Histórico Nacional, de Madrid, es una información presentada al Almirante de Castilla, sobre el sitio que ocupaban sus representantes durante las diversas celebraciones que se realizaban en la localidad a lo largo del año. Y es de vital importancia para la historia de nuestra Semana Santa, porque en él se describe cómo se desarrollaban los actos del Domingo de Ramos riosecano en esa época, con datos hasta ahora desconocidos o apenas esbozados en otros documentos.

Dentro del dossier que se presentó al Almirante en el año 1684, se incluyó un dibujo realizado por un artista riosecano anónimo, en el que se representa la bendición de las palmas bajo los soportales de la actual Plaza Mayor. En la parte central y en lo alto aparece un sacerdote pronunciado el sermón desde un púlpito. En frente y tras un altar, otro más acompañado de dos diáconos, con los ramos preparados para le bendición y a ambos lados y sentados en bancos, los representantes municipales y los del Almirante, vestidos a la moda de la época de Felipe IV.

Una ancestral tradición

Según relata Teresa Casquete, en el artículo publicado en la revista de la Junta de Semana Santa de este año, donde se da a conocer este importante dibujo, los diversos testigos que intervienen con sus declaraciones en el documento, describen ya en el siglo XVII las celebraciones del Domingo de Ramos riosecano como una “costumbre inmemorial” o celebrada “desde tiempo inmemorial”.

En aquellos años, los actos de ese día comenzaban en la parroquia de Santa Cruz, de donde partía una procesión compuesta por todos los curas riosecanos (en torno al medio centenar), ordenados en dos filas y dando escolta al Santísimo, que iba en un lugar principal. En día de tiempo apacible, esta procesión llegaba hasta la Plaza de Santa Ana (cuyo solar ocupa hoy la Casa de Cultura), donde se instalaba el altar, el púlpito y los bancos para las autoridades y donde se realizaba la bendición de ramos y el sermón. Si el día era lluvioso o frío en extremo, estos actos se trasladaban a los soportales situados en la actual Plaza Mayor, instalando el púlpito, el altar y los bancos al resguardo del mal tiempo, en el lugar en el que hoy se encuentra un establecimiento de panadería.

La recogida de ramos se hacía en orden a la importancia de los participantes en la bendición, y a continuación se iniciaba una nueva procesión, similar a la anterior, pero con el acompañamiento de las autoridades civiles. Al llegar a Santa Cruz, estas se dividían en tres representaciones, yendo cada una de ellas a cada una de las tres parroquias (Santa María, Santa Cruz y Santiago) para escuchar la Misa Mayor.

Con este descubrimiento se viene a refrendar no sólo la antigüedad de las celebraciones de la Semana Santa riosecana, sino también la importancia que ya se le daba a las mismas por parte de la población de la entonces ya ciudad y que se ha mantenido indemne hasta el día de hoy.

share on: