Alejandro Santamaría se presenta como cortador en Villanubla

Sigue los pasos de su referente Pajarito, cortador riosecano ya retirado de los ruedos

J.A.G.

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El cortador riosecano en la exhibición de Villanubla.

Desde que Alejandro García Pajarito dijera adiós a los ruedos en el año 2012, el corte en Medina de Rioseco había quedado huérfano. Pero desde hace algunos meses, otro riosecano quiere seguir los pasos de su ídolo. Comparte nombre y pasión: el mundo de los toros. Es Alejandro Santamaría y el pasado fin de semana se presentaba oficialmente en una exhibición de futuras promesas.

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Alejandro Santamaría, en un corte en la plaza de toros de Rioseco.

Fue en Villanubla junto a otros siete jóvenes. “Ha sido una gran tarde”, dice Alejandro Santamaría, quien a sus 19 años y después de recorrerse muchos pueblos, capeas y plazas de toros disfrutaba de su puesta de largo, no sin ciertos “nervios”. En esta tarde especial, Alejandro dejó claro que quiere ser figura en el mundo del corte. “Me gustaría, si las cosas van bien, seguir los pasos de Pajarito”, aclara Santamaría, cuya timidez se transforma en valor en el albero.

“Me gusta el corte puro. Citar de frente  en los medios y clavar las zapatillas en el embroque”, explica Alejandro, quien a los 14 años comenzó a dar sus primeros cortes ante un becerro. Fruto de su pasión, que en su casa no acaban de entender demasiado, ya se ha llevado más de una voltereta. Se enfrenta a vacas, pero también se ha puesto delante de algún novillo, siempre con el mismo resultado: la pureza y la verdad del toreo a cuerpo limpio.

Su máximo espejo y el que le ha enseñado la técnica del corte y los terrenos es Pajarito, aunque con Iván San José El Zapa, otro loco del mundo taurino, se recorre cada temporada todos los festejos de los pueblos de alrededor y los no tan cercanos. Minutos antes de esta entrevista, Alejandro llega de Villavicencio, donde ha habido capea y ha podido cortar. Ahora, a pesar de lo avanzado de la campaña, aún quedan Berrueces, Palazuelo o Mayorga.

En el escalafón de cortadores, el riosecano admira a dos de Vezdemarbán: Víctor Holgado, el más veterano y que este año se está despidiendo de los ruedos y Dany Alonso, un joven que lleva ya varios años en el culmen del corte. Miembro de la Asociación Taurina Riosecana, Alejandro Santamaría tiene un sueño y a buen seguro que no parará hasta conseguirlo. Valor, maneras y afición le sobran. Suerte, y al toro.

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