Una auténtica alfombra verde para disfrutar del buen fútbol

Son muchos los personajes del panorama futbolístico de primer nivel los que han reconocido el extraordinario estado del césped del estadio local en su historia

Raquel Gómez/Laura Alonso. Fotos: D.C.G.

El Real Valladolid, club insignia en la provincia y en la comunidad, ha elegido el Juan Carlos Navarro, en diversas ocasiones, como campo para llevar a cabo partidos de pretemporada y entrenamientos cuando Los Anexos del José Zorrilla estaban impracticables, por las condiciones climatológicas.

Esto ha hecho que futbolistas y entrenadores de primer nivel como Jaime (exportero del Real Valladolid), Güiza (que llegó a jugar en la selección española), Djukic y Mendilibar (extécnicos blanquivioletas), y recientemente Chuchi Macón (míster del Real Valladolid División de Honor) hayan pisado el verde riosecano. Todos ellos han coincidido en que se trata de “uno de los mejores campos de la provincia” y en que su terreno de juego “no tiene nada que envidiar a los de Segunda División”.

Pero este merecido reconocimiento no es fruto de la casualidad. Detrás del césped del Juan Carlos Navarro hay una gran –y necesaria– inversión económica. El Ayuntamiento de Medina de Rioseco se encarga de todo lo referente al mantenimiento del campo (salarios de los jardineros, productos para el césped…), de la limpieza de la grada y los vestuarios, abona los gastos de luz y agua caliente, y también de acondicionar el entorno del terreno de juego. “Es muy difícil concretar una cifra exacta, es bastante dinero. Desde el Ayuntamiento apostamos por el deporte, como se puede ver en el estado de todas las instalaciones deportivas”, explica Rafael San José, concejal de Deportes.

No obstante, todo este desembolso económico no valdría de nada sin el trabajo de los jardineros. Estos son la otra cara de la moneda, dependen del Ayuntamiento y se encargan del mantenimiento del campo y del resto del Polideportivo Municipal. Julián Pegado y Antonio Fernández son los responsables de que el Juan Carlos Navarro luzca sus mejores galas semana tras semana. “Yo me encargo de segar el campo y Toñín, con la desbrozadora, es el que va rematando los huecos de vallas, porterías que yo no puedo hacer con la tripleta del tractor”, detalla Julián.

Lejos de lo que pueda parecer, se trata de una tarea muy laboriosa, dedican tres horas diarias exclusivamente al campo. “Si no le trabajas todos los días, el campo se te va, sobre todo en este tiempo”, afirman. Sin embargo, este ritmo de trabajo no se mantiene durante todo el año, sino que se aminora conforme va llegando el invierno. “Ahora segamos una mañana sí y una no, y con las heladas tan solo lo hacemos un par de días a la semana y por las tardes”, aclaran.

La rutina de riego también varía dependiendo de la estación y las condiciones meteorológicas. “En verano damos dos riegos de ocho minutos a cada calle y un refresquín al mediodía cuando hace mucho calor. Poco a poco quitamos el riego de por la mañana y después el de por la noche y ponemos uno por la tarde y en el invierno ninguno”, detalla Antonio. Al igual que la siega, no se trata solo de poner en marcha el aspersor, sino que hay que tener cuidado, ya que si se riega más de la cuenta, podría encharcarse. Algo que estuvo a punto de suceder la víspera del partido entre el Valladolid y el Zamora hace ya cuatro años. “Se quedó una calle toda la noche encendida por un despiste y tuvimos que achicar el agua con palas y cazoletas”, recuerda Pegado.

El trabajo de los jardineros y la inversión del Ayuntamiento son por y para el Club Deportivo Rioseco. Todas las categorías de la familia blanquinegra, desde la escuela de iniciación hasta el primer equipo, son conscientes del valor y la importancia de tener un césped de estas características. Por esto, los diferentes entrenadores establecen un calendario de entrenamientos en base a lo que la directiva les recomienda. “Todos los miembros del Club miramos muchísimo para que el campo esté en las mejores condiciones porque es nuestra herramienta, nuestra casa”, confiesa Benito Conde, presidente del CDR.  Y añade que “desde que yo soy presidente, los lunes, martes y miércoles está prohibido tocar el campo, a no ser que hay exceso de niños”.

Nadie en la provincia ni en la comunidad duda del orgullo que sienten los riosecanos por su Semana Santa, su gastronomía y por su patrimonio histórico y cultural, que pregonan allá por donde van. No cabe duda de que el recién bautizado Juan Carlos Navarro debe formar también parte de esta lista.

Un campo de primera necesita un entorno de primera
Uno de los problemas del campo de fútbol de Rioseco es que el entorno no le favorece. No obstante, poco a poco va presentando un mejor aspecto, ya que el Ayuntamiento y el Club Deportivo Rioseco se esfuerzan para adecentarlo en la medida de sus posibilidades. La última mejora ha sido la pavimentación del paseo que lleva a los vestuarios. “Cuando nos llegaron los planes provinciales y tuvimos  que decidir en qué se gastaba el dinero, teníamos claro que algo tenía que venir al Polideportivo y este camino nos pareció lo más importante porque a diario pasan cerca de 80 niños que vienen a entrenar y era un acceso que cuando llovía se embarraba”, afirma Rafael San José. Pero esta no es la única modificación, el Club promovió el arreglo de la grada, “los asientos nos los cedió el Valladolid, el material Marzu y la mano de obra la pusimos nosotros”, cuenta Benito Conde, quien quiere, también, “colocar en la parte de arriba de la caseta de los vestuarios el escudo del club”, confiesa el presidente blanquinegro. Pequeñas modificaciones que hacen que poco a poco las instalaciones tengan cada día más calidad.

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